hastag de los mayas:
#por
falta de presupuesto se traslada
el
fin del mundo al 2014.
Así
que a disfrutar de este año, !Feliz Año!
La Tribu 11 es un colectivo literario, creado hace
poco más de un año y medio por un grupo de esos infaltables locos que merodean
por la Red ocupados en hacer literatura. O en intentar hacer literatura, según
como se mire.
Cada uno de nosotros está embarcado en sus propios proyectos literarios; pero, cuando es posible, nos reunimos en La Tribu a compartir lecturas y escrituras: un campo tan amplio que nunca tenemos el tiempo necesario para hacer todo aquello que desearíamos hacer, ya que hasta el momento la búsqueda de quien nos venda —o regale— días de cuarenta y ocho horas ha sido infructuosa.
En esta intersección de caminos literarios que es nuestro colectivo estamos editando la revista literaria Prosofagia, y publicamos, hace un año atrás, una antología de cuentos breves, Necroslogía. Todo lo que quiera saber sobre ambas puede encontrarlo en:
www.prosofagia.com
www.necroslogia.blogspot.com
Como todo año nuevo llega impetuoso, cargado de renovados bríos, ¿qué mejor mes que enero para ocuparse de finalizar nuestra segunda antología? Es una buena forma de estrenar año, sobre todo cuando el mundo no se terminó en el pasado diciembre. Y este, ¡claro está!, es un anuncio, que esperamos sea recibido con beneplácito por parte del público lector de nuestro blog…
Aunque
no es un anuncio fantástico.
Anuncios fantásticos: escribir también es diversión y de la buena buena. Aprender, disfrutar, echar unas risas... Además de divertirse, las condiciones para los anuncios fantásticos son dos: que sean fantásticos y que se relacionen con obras literarias o escritores conocidos. Como son los siguientes:
Anuncios fantásticos: escribir también es diversión y de la buena buena. Aprender, disfrutar, echar unas risas... Además de divertirse, las condiciones para los anuncios fantásticos son dos: que sean fantásticos y que se relacionen con obras literarias o escritores conocidos. Como son los siguientes:
Nota al pie: nos comprometemos a otorgar al primero
que adivine con qué obra o autor se relacionan el siguiente premio: un caluroso
¡Felicitaciones!
Otra nota al pie: se acetpan colaboraciones para la columna de anuncios fantásticos. Si hay suerte, podríamos llegar a tener masa crítica suficiente como para armar un bonito pdf para regalar a familiares y amigos.
Otra nota al pie: se acetpan colaboraciones para la columna de anuncios fantásticos. Si hay suerte, podríamos llegar a tener masa crítica suficiente como para armar un bonito pdf para regalar a familiares y amigos.
Añadidos a mi lista de blog amigos, ipso facto.
ResponderEliminarSaludos,
D
¡Buenísimo, Daniel!
ResponderEliminarUn abrazo,
Esther
Bueno, agregado a Face Book y Blog.
ResponderEliminarHa quedado pintón.
Un abrazo.
¿El anuncio de Esther es de "La Dama de las Camelias"? Ahora os sigo. Un abrazo.
ResponderEliminarLo prometido es deuda, Vanessa, ¡un caluroso "Felicitaciones"!
ResponderEliminarSipi, La Dama de las Camelias... Aún recuerdo el tacto de las hojas del libro, un libro viejo y de hojas ásperas; yo era jovencísima en esa época y —casi redunda decirlo— lloré incansablemente los últimos capítulos.
Oye, ¡qué gusto verte por aquí!
Un abrazo,
Esther
Jo, la dama de las camelias, qué bonita historia de amor. Mira que echarle la culpa de tus lloros a la edad. Anda, Estherlix!!!!!!!!!!!!
Eliminar(Qué precioso anuncio.)
¿Alguien más quiere eliminar la certificación de que uno no es un robot cuando comenta?
ResponderEliminarQuedo bizca cada vez que debo luchar con esas letras deformes y esos números en tinta blanca sobre fondo blanco.
Yo también odio los captchas, son el demonio.
EliminarJajaja... ¡Voto a favor de ello, Esther! Estupenda entrada, ¡qué bonito! Regreso con más calma para los anuncios.
ResponderEliminarVa a ser muy atractivo seguiros en este proyecto. Enhorabuena por la iniciativa
ResponderEliminar¡Bienvenida, Pilar! Espero que nos veamos seguido por aquí (o por allá...)
EliminarGracias Esther,ha sido un estupendo descubrimiento.
EliminarQué felicidad, no más autenticación anti-robotitos. Espero que ahora no nos inunde el spam, jaja.
ResponderEliminarEl primer anuncio me ha recordado a un cuento titulado "La golgondrina y la estatua del príncipe felíz" (o algo así). Iba de una estatua de un príncipe que lloraba por que veía la pobreza de la gente de la ciudad y le pide a la golondrina, que iba a emigrar, que le ayude a repartir el oro de su estatua entre las gentes. El segundo me recuerda al poema de Bécquer "Volverán las oscuras golondrinas".
ResponderEliminarseguro que estoy metiendo la pata, pero bueno, ahí lo dejo XD.
Sí, yo también estoy en contra de los captchas, peeeeero, son muy eficientes contra el jodidillo spam de las narices, que no veas cómo toca la moral encontrate con él a todas horas.
Ah, sí, a mi blog que vais.
Un saludo.
¡Sí, yo también creo haber leído ese cuento, de pequeña! Por eso me sonaban tanto las referencias de la estatua y la golondrina. Incluso si no es la respuesta, has sacado a relucir un relato precioso.
Eliminar¡Gracias por pasar :)!
Quise decir "golondrina" y no "golgondrina" XD. Malditos dedos torpes XD
ResponderEliminarAbuelo, eso de «golgondrina» tiene su aquel. ¡M'a gustao! Y me lleva a pensar también en «golfondrina» (de esas golondrinas de disipados vuelos), «golodina de malvavisco» (y su prima americana la «marshwallow»). Y mi favorita, la «gargondrina de iglesia».
EliminarAbuelo, Natalia, sí, ¡caluroso Felicitaciones de premio!
ResponderEliminar«El príncipe feliz», cuento de Oscar Wilde. Un cuento bellísimo.
Hay más, pero esperemos a pepsi: Wilde es distinto en sus palabras, jaja.
Abrazos!
Claro, El príncipe feliz. Es que es mi cuento favorito. Adoro a Wilde. Esa golondrina enamorada me hace llorar cada vez que leo ese cuento. Un amor a prueba de todo y por puro amor. El amor amor. El del príncipe-estatua es un amor de más elevados fines, pero el de la golondrina...
ResponderEliminarBufff!
La rosa blanca es la de El ruiseñor y la rosa (otro amor amor, como solo saben amar los pájaros, creo. Pobre ruiseñor en manos de un poetastro de tercera... Que si le cojo yo, le pongo la rosa roja de los hostiones que le doy; el jardín de melocotoneros es el jardín de El gigante egoísta, cuento —como todos los otros— que escribió Wilde para sus hijos, pero en este, él es el gigante; el retrato tan feo, feo de cojones que es, pues, claro, El retrato de Dorian Gray, novela que es un compendio de citas andante. Es cuasi imposible saltar de párrafo sin toparse con frases que el tiempo ha convertido en máximas, y máximas son de la muerte :-) ; el abanico chismoso es El abanico de lady Windermere y la partida de nacimiento, la de La importancia de llamarse Ernesto, dos obras de teatro en las que Wilde despliega su encanto cómico como nadie.
Volviendo a El príncipe feliz me pregunto últimamente qué habrá sido del anterior noviete de la golondrina, el faraón... (bueno, entre medias del faraón y el príncipe tuvo un lío con un voluble junco de río, pero de ese ya averigüé hace tiempo. Habrá que investigar sobre el faraón, me lo imagino al pie de la pirámide, suspirando en primavera y sí, como dijo el abuelo, recitando a Bécquer... Pero su oscura golondrina jamás volvió. Oh, ese hombre lo está pasando horrible).
Besos a todos!
pepsi